lunes, 29 de junio de 2015

GRITEMOS

¡Bendito sea Dios!
Así es, no lo oculto
Bendito por su amor,
compañía y sustento.

El fuego de la ira
no ha quemado
parte alguna,
gracias a sus brazos
que me tomaron
con ternura.

El frío de almas
ajenas
no calaron ni
mis sentidos,
gracias al cálido
amor que me
cubre siempre
de Dios, mi
amigo.

¡Bendito sea Dios!
Ven y grita conmigo
Porque ayer pensé
estar sola
y hoy, su presencia,
confío.
Meylen Hirasú G. M.

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