miércoles, 29 de marzo de 2017

Batalla de un alma pura

Hay días en que ella siente que el escenario del mundo cae sobre su espalda. Que el peso de la irreverencia de una sociedad cerrada la consume, y ella con nauseas, la devora. Lastima, por ende, sus rodillas, su inocencia, su ánimo y confianza. Se lastima a carne viva. Dejarse al descubierto es muy peligroso. Pero tiene el vestuario, la armadura, la capa que  le da fuerza y le protege de tanta angustia, gritos y egoísmo, su fe. Con este traje puede enfrentar las batallas que en cada sol se presentan o, a veces, que se imponen. 
Ella lucha con sigilo, esperanza. Tiene la ilusión de no ser vano cada instante. Sus estrategias varían. A veces una sonrisa que saca de su corazón para protegerse del enemigo. Deslumbrante sonrisa al sol. Con ella ciega al enemigo, le corta la cabeza con la que la tienta. Suele funcionar, pero el enemigo la estudia, la razona y, a veces, logra esquivarla. Ella no se rinde. Respira profundo y busca entre sus armas. Encuentra entonces el silencio. Con una lágrima limpia sus heridas, mira hacia al cielo y en silencio ataca a su contrario. 
"¿Qué es lo que hace?", se pregunta el enemigo. "¿Por qué calla y desvía su atención? Sigo aquí, ¡debe mirarme!. 
Iluso y confundido cae. Ella ha logrado derrotarlo. Pero sabe que vuelve, siempre vuelve astuto, dispuesto a volver a provocarla, a tentarla.
Esta es la princesa que lucha por no dejar de ser fiel, servidora de Dios. 
Meylen Hirasú G. M.

martes, 21 de marzo de 2017

Campo de letras

No hacer poesía
en su día,
es ignorar el
sol de primavera.

La estación que canta,
inicia al recitar
con sus flores
y variados racimos.

La naturaleza danza
al compás de alas,
que vuelan sin cesar
al ritmo de poesía.

Un poema se escribe,
cada verso desde el cielo
Es de la mano divina
que entinta con un soplo.

Meylen Hirasú G. M.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Qué es ser mujer

Ser mujer es la dicha de la alegría, la locura, la coherencia, la tristeza
Ser mujer es ser valiente para cuidar el corazón del varón al que se ama;
ser constante para conquistar el mundo de aquel del que se espera su compañía
Pero ser mujer, también implica adornar la soledad de descubrimientos,
fortaleza, ofrendas a Dios y mucha oración.

La mujer no conoce la soledad. Ella está consigo siempre
Como mujer, Dios nos ha dado una rebelde y una centrada
Una tierna y otra capaz de decir "no" cuando se espera un "sí".

Somos desobedientes, pero también somos capaces
de pedir perdón y luchar por no volver a fallar
Somos fuerza y fragilidad en los varones
Somos el sustento, el impulso, el ánimo
y la prudencia en los hijos, la sociedad
y el ámbito que nos rodee.

Somos bellas, arregladas y acabadas de despertar
Cantamos sentimientos que motivan  y, aveces,
que provocan un un tanto de miedo.

Somos la creación exhausta del Creador, del Padre
Somos desobediencia y disciplina
La sensibilidad en el mundo y en  las almas
Ser mujer es un regalo divino y no un castigo mundano.

Pero ¡ojo!
Ser mujer es distinto a ser solo feminista
Pues ser mujer es luchar por todo el hermano,
el amigo, el compañero, el sujeto que esté a lado.

Mujer no es defender solo un género humano,
es combatir por la humanidad, la naturaleza,
todo ser viviente.

Ser mujer, ¡vaya que es de valientes!
Es dar un paso más, arrastrando el miedo,
y dejarlo al dar el segundo
Ser mujer, no implica sólo dolor
o sufrir toda la vida,
es ser sonrisa, lágrima, euforia,
enojo, sonrojo, luz, sombra, calor, frío
Somos lo que al varón y a su mundo
le hacía falta
Por eso Dios nos dispuso de su costilla
Somos hormonas y sentimiento.

¡Feliz día, Mujer! ¡Dios te ama!
Meylen Hirasú G. M.


Ausencia

  Mis palabras se mudaron o tomaron, quizás, vacaciones Las notas de todas las canciones sin razón ni excusa desafinaron. Mi voz y respiraci...