Mis palabras se mudaron
o tomaron, quizás, vacaciones
Las notas de todas las canciones
sin razón ni excusa desafinaron.
Mi voz y respiración ampliaron
en el cielo los brillantes lunares
Jamás sin ti mis horas imaginé
y ahora tu rutina es mi operación.
¡Qué dicha tenerte en todo!,
en el amanecer y eclipses
de emociones que se hallan en mí.
Estás en mi risa,
en el brillo de los ojos de mi hermano
Estás...
en la eternidad de mi poesía.
Meylen Hirasú G. M.
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