sábado, 26 de marzo de 2016

Sábado Sigiloso

Sábado Santo, un día de silencio, de luto, de mucha reflexión; no un día de tristeza. Es un día de arrepentimiento, uno para reconocer  que he actuado erróneamente al mal pensar, mal actuar, mal mirar; no es un día  para perder el ánimo o la fuerza.


Cristo murió, es cierto, La profesión de fe lo exclama: bajó a los infiernos. Él, por amor, aceptó descender. Pero no se quedó en los infiernos, sino luchó, enfrentó al enemigo que nos tenía en su mano, y lo derrotó. Cristo tuvo la victoria y el triunfo. Y ésta es la reflexión que todo corazón humano debe atender. El Hijo de Dios, hecho hombre, uno Santo y perfecto, aceptó cargar con todo el peso de nuestros pecados, para que, por su infinito amor, nosotros no continuemos en las tinieblas de la debilidad, sino que, al aceptar que somos frágiles, nos mostremos ante Dios humildes y arrepentidos, y de su mano regresemos a la luz. Porque esa deuda al fallarle, ya la pagó Cristo Jesús, el Mesías único y verdadero.

Reflexiona, arrepiéntete, expresa a Dios cuánto deseas ser fiel  para Él. Llora, lava tu tormento y termina sonriendo. Dios te conoce y así te ama, tal cual. Esta madrugada podrás comprobarlo al ya no encontrarlo en la tumba ni en la muerte, sino sobre ésta con su amor de pie por ti, por mí, por todos.

Meylen Hirasú G. M.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Me rindo

Me rindo,
es obvio
En ti no
hay interés.

Me duele,
me alivia
No eras
ni eres.

Amigo,
compañero
Espectro
de luz.

Confié,
entregué
Ya no
hay tiempo
ni ganas.

No hubo
besos
pero amé
tu boca.

No hubo
caricias
y anhelé
tu tacto.

No hubo
motivos
y me
ilusioné.

Me rindo,
repito
Sólo buenos
recuerdos.

No había
que luchar
Ya tengo lo
que deseaba.

¿Qué busqué
en ti
si en él todo
lo tengo?

Capricho
fue creer
un amor
de poetas.

Me rindo
Deseo seas
feliz y
encuentres
lo que te
haa pleno.

No me voy,
seguro
lo harás tú.

No olvides
que aquí
estaré
cuando consejo
y consuelo
necesites.

Me rindo,
fácil no fue
Batallé
en la lucha
por obtener
un poco de
tu amor.

Me rindo.

viernes, 11 de marzo de 2016

La sociedad como prioridad

El Premio Nobel de Literatura 2015, fue para la escritora y periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich, por su Obra Polifónica, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo. Es la primera vez que la Academia Sueca reconoce al reportaje periodístico, y ha sido  en esta singular autora. Además de tal obra premiada, a Svetlana hay que leerle y reconocer, como lectores, su entrega a la escritura;  libros como Voces de Chernóbil y  La Guerra no tiene rostro  de Mujer, son una charla con la autora, que cuentan y muestran su esencia.
Ambas obras recopilan y muestran las voces de individuos que participaron en la historia que se conocía desde el triunfo o la derrota de un país “poderoso”. El título que recibe cada obra, es una guía para asimilar lo que se debía conocer.
 En La Guerra No Tiene Nombre de Mujer, se escuchan a aquellas guerreras, triunfantes, vencidas; sacrificadas y algunas recompensadas, de una época importante para su país, donde se les prohibió, incluso, volver a recordar aquellos años.
Voces de Chernóbil, es la antología de muchas historias, que respeta la voz del que la cuenta. Con el primer subtitulo de la obra, la autora nos contextualiza. Es una introducción que sumerge al lector  e incita a querer conocer más. En esta obra, especialmente, se interactúa con la autora. En el tercer subtema de la introducción, la autora platica su proceso, su interés en esta obra exahusta. Con éstos, lo que provoca en el lector es el interés de saber más.
Con los monólogos, subtítulos que indican el contenido, comienza a escucharse la voz de aquellos que guardaban tanto en su interior. Se oye la voz de una historia real, humana que te cuenta lo qué pasó.

La autora ha demostrado su espectacular estilo, reconocido ya como un subgénero del periodismo y premiado con un Nobel. Simplemente, en sus obras se encuentra el trabajo que ha hecho desde el problema y no desde el escritorio, tal como Kapuscinski recalca en Los cínicos no sirven para este oficio. 

Spotlight


Película ganadora del óscar 2016, dirigida por Tom McCarthy. El nombre hace referencia a la sección del periódico The Boston Globe,  y las críticas recibidas son a favor del merecido premio. “Película en la que todos los actores tienen su tiempo para lucirse”, Mark Ruffalo y Rachel Mc Adams obtuvieron sus nominaciones al Oscar como actor y actriz de reparto.
Basada en un hecho real de 2002, cuando más de 600 artículos lograron el Premio Pulitzer, gracias a la detallada investigación de periodistas a cargo de la sección Spotlight del periódico The Boston Globe, sobre abusos sexuales de sacerdotes católicos.
Marty Baron (Liev Schreiber), nuevo editor judío encomienda al gran equipo de periodistas esta larga investigación. El trama de la película muestra con detalle, paso a paso, el camino complicado de estos periodistas para obtener una verdad, una profunda historia que necesitaba  salir a la luz, sobre los que se hacían, hipócritamente, pasar por curas. Conocer, además, por qué alguno se alejaron de la Iglesia Católica y qué es lo que pasa a través de los años después de una terrible tentación pastoral.
El Óscar 2016 fue bien merecido, según los conocedores en el tema. Los jueces, seguro tuvieron críticas selectivas y acertadas al tomar esta decisión . No es una narración ni un drama común cinematográfico. Hay un enanche al espectador en cada escena. Y, aunque en un principio parezca que hay un ataque u ofensa a los católicos, se recomienda continuar el trama hasta el final para entender y agradecer el gran trabajo que hicieron estos periodistas de Boston.

­¡Enhorabuena a todo el equipo de la película ganadora del Óscar 2016, Spotlight!

Ausencia

  Mis palabras se mudaron o tomaron, quizás, vacaciones Las notas de todas las canciones sin razón ni excusa desafinaron. Mi voz y respiraci...