Trabajaste sin cansancio y claramente sigiloso
Y te postraste frente a mí sin dudas, nada brumoso
Has luchado con una fuerza única y un fresco ímpetu.
Colocas tus letras en el pentagrama de mi ilusión;
y tus gustos, pasiones y vida tocan armonías
de la paz y calma que solo se viven en abadías
Recitas bellas creaciones de versos en una canción.
Me seduces y sometes, tierno, a tu encantador plan
Eres el modelo perfecto; la prosa y el verso exacto
que a mis sonetos y canciones diarias, les hacía falta.
No te rindas, no te detengas ni a tomar de nuevo aire
Prometo darte, ya a mi lado, todo mi oxígeno y sangre
¡Te acepto! Te abro las puertas de mi tranquila morada.
Meylen Hirasú G. M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario