Si hay días en que de escribir
decido por completo inhibir,
no es que decida refutar
de mi ya obvia vocación.
Yo consuelo mi ansiedad,
en un eufórico vals
que marca el tictac
de un tiempo
perfecto.
Quizá suene
ruidoso,
tal vez agotador,
las rimas que de mi
euforia
se derraman en esta
hoja.
Pero no siempre se
piensa
en la métrica del
habla
El alma a veces,
solo expresarse, anhela.
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