para seguir rogando a Dios que me permita
tu amistad y presencia el reto de mi vida.
Me confirmaste lo que en algún momento
me llegó a atormentar; y esa veracidad me
hizo enamorar aún más de ti, amigo.
Y es que no es un amor común o cualquiera,
es uno tierno, sincero y muy intenso,
en el que predico consejos y guío autoestima.
Un amor tan limpio que brilla en tus ojos
Uno donde el deseo de verte feliz depende
de lo que necesitas y no de lo que desearía.
¡Es un amor que no supo callarse!
Pero que pretendía, al cantar,
descubrirte lo maravilloso que eres.
Un amor infinito y centrado
Uno que no confundirá proyectos
ni, ¡por supuesto!, deseo alguno.
Meylen Hirasú G. M.
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