Mis otoños vestidos de otro cielo,
esos llenos de ilusiones
y pactados de promesas,
al parecer se aclaran.
Mi otoño ahora tiene
un ventarrón que limpia
los verbos en las hojas
que se pintaron con miel.
Las hojas de esos otoños
se despiden en un nuevo invierno,
uno que promete una primavera
llena de alegría.
¡Vaya otoño que hoy me abraza!
Susurra a mi oído
versos de aliento
Para que no deje de amar.
Y este otoño,
además,
me regresa un héroe
que defiende
la sonrisa de esta poetisa
que no para de soñar.
Meylen Hirasú G. M.
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