No es porque la hieran adrede,
sino porque ellos mismo se perturban,
y enamoran a la poetisa
que termina viviendo el dolor de sus poetas.
No es masoquismo,
es vida para ella
Entregar su pureza
a las almas corruptas
para devolverles alegría.
Existen poetas que enaltecen
la vocación de la poetisa
Son melancólicos y destilan
la miel del panal poético.
Existen poetas que dialogan con ella
Que le confiesan cuántos
demonios hay en su infierno,
y a la poetisa, la vuelven luz
de sus tinieblas.
Otros poetas no lograron
esa pequeña dicha
Quedaron atrapados
en sus tinieblas.
Otros cuantos, solo
hicieron de su infierno
bella experiencia
por algunos segundos.
Poetas malditos
¡Malditos poetas!
Logran cautivar la esencia
de esta humilde poetisa!
Meylen Hirasú G. M.
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