sábado, 14 de marzo de 2015

NAVEGANTES

Navegamos vagamente en un océano forastero 
capturando tesoros ajenos al alma y al deseo 
Intentamos reducir dolencias agonizantes 
y así permanecer a lado de nuestro amante. 

Los gritos de la duda cesan valientes 
Saben que no hay posada en nuestra guarida 
Pero es otro el tormento que nos asecha. 

Las aves parecen guiar cierta fortaleza, 
pero a veces, delante de ti, me siento vana 
Tu corazón protejo siempre a toda costa, 
pero tu  deliberada mente elige ociosa. 
Meylen Hirasú G. M.

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