Esta mañana
mi alma vistió de una reluciente melancolía. Tus nostalgias, emociones y hasta
tu chantaje me han vuelto a conmover. Sabes que me gustas, sabes que te quiero.
Presiento que te gusto, supongo que me
quieres, pero esta tormenta me muestra una corriente dolorosa, concluir que es
mejor como amigos que intentar una relación.
Y no lo he
descubierto hoy, no lo descubrí ayer. Fue hace algunas lunas pasadas, donde el
rico silencio de la noche, susurró a mi oído izquierdo, que más valía conservar
un buen amigo que perder a un gran amor.
Y decidí conquistar el mundo real apartándome un poco del de fantasía. Maduré
tomando decisiones clandestinas y descubrí lo hermoso que es crecer. Pero aun
un deseo enciende esta dicha tan clara: conservar tu amistad hasta que la muerte nos separe.
Meylen G.
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