Después de tanto,
la poetisa decide volver
a pintar en este lienzo.
Las horas abrumantes
de estadísticas constantes
que solo anuncian muerte,
consumieron su tinta.
Regresa con cientos
de letras en las manos,
a reclamar la conciencia.
Pero no por esto
es que haya dejado
de escribir...
Solo dejó de conversar
con el mundo.
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