¡Qué sencillo lavarse las manos!
Todos estamos propensos a hacer el mal,
y qué fácil es lavarse las manos.
Si no lo conoces, si solo opinas
por una realidad constante llena
de muerte,
como ha sido desde el inicio,
y tú no lo escuchas,
y tú no sanas tus temores,
y no te refugias en su Misericordia
no opines justificando todo el mal
en el mundo por culpa de Dios.
Él vino por amor y el mundo lo mató
Por amor venció la muerte
y el mundo lo ignora.
Si no eres capaz de escuchar
Su Palabra,
de abrir tu corazón a su promesa
no lo ofendas, porque no lo conoces
Y quienes amamos a nuestro a Dios
con todo el corazón, toda el alma
y nuestra mente,
nos hiere percatar que aun,
después de siglos,
seguimos ciegos, sordos, vacíos.
No opines solo por lavarte las manos
Escúchalo, ora
Él te escucha,
en tu silencio, en tu miedo
No en los gritos ni espectáculos
que das al mundo.
No lo insultes si no lo conoces
Y si no deseas escucharlo,
actúa con amor,
ayuda al mundo, no lo enrabies más.
Él es Amor,
Empieza a conocerlo
por tus actos de amor.
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